martes, 16 de agosto de 2011

Saber esperar sin desesperar





Que la sensación del paso del tiempo depende del estado en el que se encuentran nuestros sentimientos es algo que la ciencia no ha podido plasmar en una ecuación, pero en cambio todos somos conscientes de ello. El tiempo pasa más deprisa cuando menos quieres que lo haga, y fluye interminable mientras esperas la llegada de algo.
Por qué cuando queremos algo, queremos que sea ya? No nos estamos perdiendo algo por el camino? Sí, nos perdemos el aprendizaje: como dijo Aristóteles La función vital es aprender.


Porque ¿Cómo estar seguro que lo que se quiere es un objetivo alcanzable y deseado? Pues conociendo y aprendiendo, y todo eso es un proceso largo y complicado, unas veces alegre, otras más triste, pero en definitiva, un camino en el que empiezas a gatear casi sin saber hacia dónde, pero que acabas mirando atrás y sabiendo que ha merecido la pena.

Claro que estos caminos no aparecen en ningún mapa, y las señales que contienen son liosas, y a veces se malinterpretan. Los caminos cortos suelen ser aquellos que terminan rápidamente, mientras que los complicados y largos suelen rodear los grandes obstáculos

Entonces, ¿Cómo sabemos que lo que estamos haciendo es lo correcto? Pues aprendiendo a escucharnos a nosotros mismos. Venciendo nuestros miedos que nos hacen tomar decisiones equivocadas. Y confiando en el apoyo de la gente que te rodea.
Pero sobre todo, confiando en uno mismo, que lo que se quiere y el modo de conseguirlo es el correcto. Si no confías en ti, cómo lo harán los demás? 
Y es que por el camino encontraras gente increíble. Unos recorrerán una pequeña parte del camino contigo, para despedirse dolorosamente por otro lado. Otros intentarán desviarte para que les acompañes un rato por el suyo. Pero si tienes suerte puede ser mejor.

No tengas miedo a preguntar ¿Dónde vas?... Puede que los dos vayáis en la misma dirección, y es más difícil perderse entre dos que sólo. Así que la siguiente pregunta será ¿Quieres hacer el camino conmigo? Si la respuesta es sí, descubrirás que el camino toma una nueva forma, que deja de ser un sendero rocoso en el que tienes calor y te duelen los pies, para convertirse en un cálido día de primavera, y disfrutarás de los sonidos y los aromas, y todo aquello a lo que antes no prestabas atención cobrará vida. Esa es la señal que te dirá que estás en lo correcto.
Persigue tus sueños, que nadie te despierte si no es para convertirlos en realidad.
Nos vemos en el camino, espero que durante muchos kilómetros.

Посвящается моему принцессы

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